Palacio Episcopal de Segovia

El Palacio

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El Palacio Episcopal de Segovia fue lugar de residencia de los obispos hasta finales del siglo XX. Se construyó en 1755 sobre los restos del Palacio de los Salcedo, del que se conserva la fachada y portada renacentista. En esta última destaca el programa iconográfico basado en Hércules, fundador mítico de Segovia.

La visita al edificio consta de dos partes: las salas de exposición en las que pueden verse objetos de orfebrería litúrgica, escultura, pintura, textiles, etc.; y las salas nobles del palacio, que sirvieron de representación y vivienda a los obispos de Segovia hasta tiempos recientes.

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Historia de la institución

s. XVIII-XX
Residencia de los obispos
Retrato del obispo Manuel Murillo y Argaiz

Desde su adquisición en el siglo XVIII por el obispo Manuel Murillo y Argaiz se utilizó como residencia de los sucesivos obispos hasta 1969 y de centro neurálgico de la Diócesis de Segovia hasta principios de los siglos XXI.

1842
Sede temporal del Museo de Segovia
Artículo de oficio del boletín oficial de Segovia (1841)

Fue parcialmente utilizado como sede del actual Museo de Segovia bajo la tutela de la Junta de Clasificación. Dicha institución se creó con el objetivo de conservar las colecciones de arte procedentes de la desamortización de bienes de la Iglesia que tuvo lugar la primera mitad del siglo XIX. Su director sería Felipe Pardo y García, quien también era el Director de Estudios de la Escuela de Nobles Artes de Segovia y Canónigo de la Catedral.

Es interesante la conciencia de estar aportando un valor cultural a la ciudad que se desprende del documento, así como el deseo que desprende de garantizar la conservación del patrimonio artístico. Sin embargo, pocos años después comienza el traslado de la colección a las iglesias de San Juan y de San Facundo, aunque esta no sería su ubicación definitiva. Algunas obras permanecerán en el Palacio Episcopal hasta 1857.

1921
Exposición Diocesana de Arte Retrospectivo

Uso del Palacio como sede de la Exposición Diocesana de Arte Retrospectivo, inaugurada el 23 de abril de 1921 en el marco de un programa de actos de conmemoración del V Centenario de la muerte de Juan Bravo. El responsable de su organización fue don Benito de Frutos, aportando piezas la Catedral de Segovia y diferentes parroquias de la ciudad, así como la Colegiata de San Ildefonso, el Ayuntamiento y la Diputación. Es entonces cuando se conforman las colecciones de pintura, escultura, orfebrería y ornamentos sagrados que actualmente forman parte de las salas de exposición.

Ese mismo año, tras la clausura de la exposición, el Boletín Eclesiástico publica el deseo del obispo Manuel de Castro y Alonso de crear un Museo Diocesano con parte de los objetos expuestos.

Con este fin se solicita al clero el depósito en el Palacio Episcopal de las piezas “(…) obrantes en la exposición, que no fuesen necesarios en las parroquias para el culto (…)”. Permanecieron en la exposición permanente un total de 38 piezas en la antigua sala de conferencias del Palacio. Algunas de ellas se conservan actualmente en la colección, como la casulla bordada en paja procedente de Revenga. En 1928, el Museo Diocesano entra en decadencia.

En la actualidad, esta idea sigue presente en la gestión de la colección museológica del Palacio Episcopal. Las instituciones propietarias de las piezas pueden solicitar su préstamo temporal para la celebración de diferentes actos religiosos, siendo devueltas al Palacio tras su finalización. De esta manera, se garantiza la conservación y difusión de este importante patrimonio cultural.

1995
Proyecto de rehabilitación del Palacio
El obispo Antonio Palenzuela Velázquez lideró un proyecto de rehabilitación del Palacio con el objetivo de utilizarlo como centro administrativo, pastoral y cultural. Esta intervención se prolongó durante años y venía a dar respuesta a la falta de mantenimiento durante gran parte del s.XX. El proceso de restauración se hizo respetando la intencionalidad original, haciendo de este Palacio Episcopal uno de los mejor conservados de toda España. La Caja de Ahorros de Segovia patrocinó la restauración de gran parte de los bienes artísticos con una inversión de 10.000 millones de pesetas (60.000€). El Museo del Palacio Episcopal se inauguró en 1995. Este se situaba en la segunda planta, la que ocupa actualmente las salas de exposición y salas nobles.
2006 - 2013
Nuevo proyecto expositivo

Con el traslado de las dependencias del obispado a la actual ubicación frente a la Plaza de Adolfo Suárez, se retoma la idea de convertir el Palacio Episcopal en un espacio expositivo.

Finalmente, en 26 de septiembre de 2013 se reabrió como Museo, gracias al impulso del obispo Ángel Rubio Castro. Albergó tres colecciones de arte representativas: cerámica de los Zuloaga, la de vidrio y cristal de la Real Fábrica de Cristales de La Granja y la de arte religioso del Museo Diocesano de Segovia.

2017 - 2019
Museo de Orfebrería Splendor Fidei

Comienza un nuevo proyecto museográfico en el conjunto de la primera planta dedicada al museo y la conocida como parte noble, donde vivieron los obispos. La exposición estaba configurada por 185 obras de arte asociadas a la liturgia católica, de las cuales 120 eran de orfebrería. La apertura se produjo en 2019 bajo el nombre “Museo de Orfebrería Splendor Fidei”, una apuesta de la Diócesis de Segovia y la empresa elegida para relanzar el Palacio.

La reforma buscó ofrecer una museografía didáctica de calidad y garantizar la accesibilidad de los visitantes. El recorrido abordaba temas como la fe cristiana, y la indisolubilidad entre la obra de arte y la fe. Lamentablemente cerró sus puertas en 2020.

2021
Gestión del Palacio por el Cabildo de la Catedral de Segovia

El Cabildo de la Catedral de Segovia se hizo cargo de la gestión del conjunto del espacio expositivo a través de una adaptación completa y la incorporación de herramientas divulgativas como la app, la cartelería adaptada o el proyecto educativo. Entre las actividades implementadas.

2023
Reapertura
Acto de reapertura celebrado en el Palacio Episcopal de Segovia

Reapertura con el objetivo de convertirse en un lugar de referencia artística, histórica y religiosa de la ciudad. Entre las nuevas actividades desarrolladas destaca el Escape Room y la visita gamificada. También se han implementado diferentes plataformas digitales para favorecer la comunicación con la sociedad, así como merchandising inspirado en las colecciones.

Sobre el edificio

La investigación sobre la construcción y la evolución del palacio episcopal continua gracias a la documentación conservada en multitud de archivos y el trabajo realizado por nuestro equipo de gestión cultural.

1462-1480
Familia Arias Dávila

La familia Arias Dávila poseía diversas propiedades en la zona cercana a la parroquia de San Esteban. Algunas de ellas serían compradas por Diego Arias Dávila a su tío, el obispo Juan Arias Dávila; cuya vivienda, donde despachaba asuntos oficiales, aparece mencionada desde 1480 en esta área. Actualmente los espacios propiedad de Diego forman parte del Monasterio del Santo Domingo del Real.

Según diferentes fuentes, las casas más cercanas a la iglesia de San Esteban fueron heredadas por Isabel Arias Dávila. Posteriormente, estas propiedades pasarían a su sobrino Juan Arias Dávila, I Conde de Puñonrostro.

1550 - 1635
Comienza a construirse el Palacio Episcopal
Comenzó a edificarse el Palacio para cabeza del mayorazgo fundado por Doña Mariana Arteaga de la Torre. De esta construcción sólo se conserva la fachada almohadillada de granito, la cual tiene una fuerte influencia del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, al igual que la cercana Casa del Secretario. La iconografía de esta fachada gira en torno a Hércules al que se considera el fundador de la ciudad, como afirma Diego de Colmenares. En 1635, el edificio se convierte en propiedad de la familia Salcedo, quienes no llegaron a completar su construcción.
1755
Manuel Murillo y Argaiz adquiere del Palacio

Manuel Murillo y Argaiz, obispo de Segovia, adquirió el palacio mediante censo perpetuo de Josefa de Salcedo y Lasso de la Vega, Figueroa, Córdoba y Ladrón de Guevara, para convertirlo en palacio episcopal. El obispo respetó los muros exteriores, pero derribó el interior debido a su estado de conservación. Su escudo aún luce en los muros del patio interior.

El responsable de reconstruir el edificio fue el arquitecto José de la Sierra, quien tuvo como objetivo reorganizar este espacio a los nuevos usos. Para ello diseñó un patio central de doble altura, abierto el nivel inferior a través de arcos de medio punto con un estilo barroco clasicista a través del cual se distribuyeron las zonas nobles del edificio, estancias de recepción institucional decimonónicas, despachos, oratorios y alcoba episcopal, además de jardín.

En 1760 el edificio estaba ya ocupado y en 1770, según lo recogido en el Archivo Diocesano, lo ocupan alrededor de 40 personas entre clérigos, seglares, estudiantes y empleados.

Coincidiendo con la invasión francesa de España, dejó de ser sede episcopal al destinarse a sede del Gobernador de Segovia (1809-1811). En 1811 y 1812 fue lugar de descanso durante sus visitas a Segovia de José Bonaparte.

s.XX
Residencia de los obispos

El Palacio sirvió de residencia de los sucesivos obispos hasta 1969 y de centro neurálgico de la Diócesis de Segovia hasta principios de los siglos XXI.

EL ANTIGUO PALACIO EPISCOPAL

Según Diego de Colmenares (1586-1651), sacerdote y cronista de Segovia, las primeras casas obispales de Segovia se situaban junto a la catedral románica de Santa María, que se levantaba frente al Alcázar. El claustro gótico de la antigua catedral, levantado en tiempos del obispo Juan Arias Dávila en la segunda mitad del siglo XV y trasladado posteriormente a la actual Catedral, las afectó negativamente al estrechar su espacio. En 1520 la Guerra de las Comunidades tuvo consecuencias negativas en la estructura de las casas obispales, al igual que en la antigua catedral, lo que dificultaba su uso por los prelados.

El obispo Arias Dávila, consciente de la necesidad de una sede episcopal, había levantado al lado opuesto del templo unas suntuosas casas que donó a la mesa obispal en 1472, erigiéndolas en Palacio. Aunque los destrozos del levantamiento comunero afectaron mucho a la fábrica de la catedral y a las mermadas casas obispales, no sucedió lo mismo con el Palacio Episcopal que permaneció a pesar de levantarse la nueva Catedral alejada del lugar.

La lejanía de la nueva Catedral, construida a partir de 1525 alejada del Alcázar -es decir del poder civil- y junto a la Plaza Mayor, hizo replantear a la Diócesis de Segovia un nuevo emplazamiento del palacio para los obispos. A mediados del siglo XVIII, el obispo Manuel Murillo y Argaiz decidió mudar el Palacio a un edificio más cercano y en 1755 consiguió la cesión de un palacio inacabado y abandonado durante décadas, el Palacio de los Salcedo. Al año siguiente lo derribó conservando solo la fachada, tras la que levantó un palacio de nueva planta en estilo neoclásico que hoy podemos disfrutar para la visita.

Concierto navideño en el patio del Palacio Episcopal con luces y decoraciones festivas.

Iluminación de Navidad

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09:30 – 20:00

Más info

Retrato de Juan de Briviesca

Autor: Jerónimo López Polanco
s.XVII
Óleo sobre tabla

Juan de Briviesca (1585-1629) fue un sacerdote conocido por su dedicación a la fe y vida austera. Conocemos muchos detalles de su vida por la obra «Vida del Venerable sacerdote Juan de Briviesca«, escrita por su amigo Luis Vázquez.

Este retrato fue realizado por Jerónimo López Polanco en 1619, cuando Briviesca tenía 34 años. Puede encuadrarse en el barroco temprano español, caracterizado por claroscuros y gran atención al detalle. Aquí se captura tanto la apariencia física como la profundidad espiritual del personaje. El texto inferior fue añadido en 1716 y ofrece una breve biografía del retratado.

Jarrón de opalina

Escuela espñaola
Segunda mitad del s.XX

Este jarrón de opalina, creado en la segunda mitad del siglo XX, está inspirado en el estilo imperio. Este estilo se originó a principios del siglo XIX durante el reinado de Napoleón Bonaparte y se caracteriza por su grandiosidad y el uso de elementos decorativos clásicos como guirnaldas, coronas de laurel y estrellas, que simbolizan poder y gloria.
Aunque, este jarrón es una creación del siglo XX, emula con precisión la estética y el lujo característicos del estilo imperio original. Con su gemelo, esta pareja refuerza su presencia y simetría en la decoración, aumentando el atractivo visual de la sala donde su colocaran.

Lámpara de petróleo

Escuela espñaola
Primera mitad del s.XX

Esta lámpara de petróleo es una muestra representativa de la artesanía española del primer tercio del siglo XX, un periodo en el que la iluminación con petróleo todavía era común antes de la generalización de la electricidad en todos los hogares. Las lámparas de petróleo no solo eran objetos utilitarios, sino también piezas decorativas que reflejaban el estilo y la elegancia de la época.  
Los detalles ornamentales reflejan las influencias estilísticas de la época, posiblemente el Art Nouveau o el Historicismo, estilos que prevalecieron en las artes decorativas del periodo.

Tapiz "La Elevación de la Cruz"

Autor: Pedro Pablo Rubens
Manufactura: Jean-Baptiste Vermillion
s.XVIII

Esta obra textil recrea el tríptico de Pedro Pablo Rubens, La Elevación de la Cruz, conservado en la Catedral de Nuestra Señora en Bruselas. El tapiz aprovecha el formato tríptico para representar un momento clave de la Pasión de Cristo, capturando fielmente la esencia emocional y artística de la pintura de Rubens.

Jean-Baptiste Vermillion, conocido también como De Lana, destacó como un tejedor relevante en Bruselas durante el siglo XVIII. Tras tomar el control del taller de Jeroen Le Clerc en 1722, obtuvo privilegios significativos que reforzaron su prestigio dentro del ámbito textil. Fue nombrado decano de su gremio en 1726, y su influencia se mantuvo a lo largo de los años, a pesar de cerrar su taller en Bruselas en 1732 y sus intentos posteriores de establecer otro en Huy hasta 1741.

Virgen con el niño

s.XVI
Óleo sobre tabla

Copia del cuadro «La Virgen y el Niño en el paisaje vespertino» de Tiziano. El original fue pintado en Venecia entre 1550 y 1560 por orden del rey Felipe II. Estuvo mucho tiempo conservado en la sacristía del Escorial . Actualmente se exhibe en la galería Alte Pinakothek de Múnich .

La composición recuerda a las composiciones de Raffaello, pero el paisaje tranquilo y el cielo son típico de la pintura veneciana. Un estilo que también influirá a El Greco. Se trata de una de las obras más directas y cautivadoras del último período del pintor. 

Calvario

Autor: Jan van Scorel
s.XVI
Óleo sobre tabla

El cuadro «El Calvario», atribuido a Jan van Scorel y datado en el siglo XVI, es una obra de gran intensidad emocional y detallismo. En esta tabla se representa la crucifixión de Cristo con una composición equilibrada. Las figuras de la Virgen María, María Magdalena y San Juan muestran un meticuloso trabajo en sus vestimentas y expresiones, resaltando la habilidad de Van Scorel en capturar la humanidad del momento. El uso del color y la luz contribuye a enfatizar la solemnidad de la escena, mientras que el fondo enmarca la escena, demostrando la influencia del arte renacentista en esta obra.

Santo Entierro

s.XVI
Óleo sobre tabla

La pintura representa la escena del entierro de Cristo, con los personajes dispuestos alrededor de su cuerpo en un momento de profundo dolor y reverencia. Destacan las expresiones faciales y los gestos de los personajes, así como el meticuloso trabajo en las vestimentas. El uso del color y la luz resalta el dramatismo de la escena, mientras que el fondo con elementos arquitectónicos y naturales enmarca la composición con gran precisión, demostrando la maestría del autor anónimo.

La Ascensión

s.XV
Maestro de los Claveles
Óleo y temple sobre tabla

El Maestro de los Claveles, recibe su nombre por la flor que suele estar presente en sus obras. Vinculado al taller del Maestro de Ávila, sus tablas son ejemplos de la síntesis hispanoflamenca del siglo XV en Castilla, caracterizadas por el horror vacui, el detallismo de los brocados, y fondos con castillos y escenas urbanas. En su obra destaca la técnica cuidada y el dibujo preciso.

Predela de los apóstoles

s.XVI
Óleo sobre tabla

La predela es una sección horizontal que se ubica en la parte inferior de un retablo. Habitualmente se encuentra dividida en cajas o «casamentos»; y se utiliza para complementar las escenas del retablo principal con imágenes de un formato más pequeño. 

En esta predela se representa, de izquierda a derecha, a: San Andrés, San Bartolomé, San Pedro, San Pablo, Santiago y San Juan. De este último destaca la iconografía elegida (copa de la que emerge un dragón), la cual fue prohibida por el Concilio de Trento. Un detalle que, no solo confirma la datación de la obra, sino que también resalta su importancia en el registro histórico de la iconografía religiosa.

Corona de la Virgen de la Fuencisla

s.XVI
Diseño: Florentino Trapero
Orfebre: Otero y Riopérez

La Corona de Nuestra Señora de la Fuencisla es un símbolo de la realeza y santidad de la Virgen María. Su uso en imágenes marianas tiene sus raíces en la práctica de coronar figuras sagradas como muestra de veneración. Una tradición que se consolida en la Edad Media y el Renacimiento, cuando se busca resaltar la importancia y el carácter divino de las figuras religiosas. En la actualidad, continúa utilizándose, junto con la del Niño, para adornar a la Virgen durante la Semana Santa en Segovia

Cruz procesional

s.XVI
Orfebre: Antonio Oquendo

La cruz procesional simboliza la redención, el sacrificio de Cristo y su victoria sobre la muerte. . A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz. Puede denominarse también CRUZ ALZADA, que hace referencia a las cruces procesionales que se sujetan con una vara.

Rostrillo

s.XVIII
Orfebre: Lorenzo Cantero

Adorno que se coloca alrededor de la cara de las imágenes de la Virgen. El origen del rostrillo se encuentra en el complemento que usaban las mujeres para enmarcar su rostro y tapar el pelo. En el s.XVI se asocia a las viudas. Posteriormente, la escultura religiosa adopta este adorno para mostrar el luto de la Virgen por la muerte de su Hijo.

Esta pieza procede de la iglesia de San Miguel Arcángel (Segovia).

Naveta

s.XVI
Orfebre: Diego de Olmedo

Habitualmente se colocan en el altar, cerca del sagrario o del lugar donde se conserva el Santísimo Sacramento. Su forma de barco en la liturgia católica está motivada por su simbolismo. Representan la Iglesia como una embarcación que guía a los fieles hacia la salvación. Durante la Eucaristía, se utilizan junto con el incensario para quemar incienso, simbolizando la oración ascendiendo al cielo.

Cruz procesional

s.XIV

Destinada a presidir las ceremonias más importantes y encabeza procesiones, entierros, así como las diversas celebraciones en que participa la comunidad católica. Se inciensa por ser signo de Salvación. Esta pieza posee alma de madera sobre la que se adhieren las chapas de plata, blanca o dorada, mediante clavos. A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz.

Asunción de la Virgen

s.XIII

Altorrelieve policromado en alabastro datado del siglo XV perteneciente a la escuela inglesa. En él se representa la Asunción de la Virgen. María es elevada al cielo por ángeles, lo que simboliza su santidad y conexión celestial. La posición de sus manos en oración, denota humildad y aceptación de la voluntad divina. La corona enfatizan su realeza y pureza; y la aureola, su santidad y presencia divina.

San Mateo

s.XV

Esta escultura en alabastro de San Mateo, uno de los cuatro evangelistas, es obra de Sebastián de Almonacid del siglo XV.
 
En ella se observa a Mateo con dos de sus identificadores principales: el libro del Evangelio, y un ángel, su elemento antropomorfo. Almonacid, maestro de la transición gótico-renacentista, plasmó en la pieza la sobriedad y la humanidad propias del realismo nórdico. 

Arcángel San Gabriel

s.XVIII

Conocido como el mensajero de Dios. Simboliza la revelación y la verdad. Gabriel inspira a los fieles a escuchar su intuición y mensajes divinos, representando la comunicación, la esperanza y la fuerza.

Capitel

s.XIII

Capitel del siglo XIII, tallado en piedra caliza y de autoría anónima, que ilustra tres episodios clave del cristianismo. Un hecho que sitúa esta pieza como ejemplo de la narrativa visual medieval y el simbolismo religioso de la época.

  1. La Anunciación, en la que destaca el arcángel Gabriel mientras revela a María su destino como madre del Mesías.
  2. Tentación de Jesús, cuando rechaza a Satanás en el desierto.
  3. San Pedro portando las llaves celestiales, un presagiando de su liderazgo en la Iglesia. 

Capitel

s.XIII

Adornado con arpías y aves del paraíso. Las primeras simbolizan la lujuria y los vicios terrenales según la moralidad cristiana medieval.

A nivel iconográfico combina rostro humano, cuerpo de ave, pezuñas de caprino y cola de serpiente. Esta última la diferencia de las sirenas y refleja la influencia de la iconografía clásica. La capucha remite a los infieles, en particular a los musulmanes, en el contexto de las cruzadas.

Se trata de una pieza que testimonia la didáctica visual de la época y que instruía sobre el pecado y la redención.

Silla de caderas

Escuela española
Primer tercio del s.XX

También conocida como florentina, dantesca o jamuga. Se trata de un asiento plegable de doble tijera, que surge en Italia durante la Baja Edad Media, como resultado de la evolución de la silla de tijera. Sin embargo, esta tipología también es común en otros países europeos. En algunos de ellos fueron asientos de honor hasta el siglo XVII.
Progresivamente pierden importancia en favor de las sillas de brazos, pero durante el siglo XIX y XX vuelven a producirse por considerarse una producción típica española. Este ejemplar imita las originales de época renacentista y posee una gemela en las colecciones del Palacio Episcopal.

Entredós

Estilo imperial
Segunda mitad del s.XVIII

El origen de este mueble se sitúa en Francia en el siglo XVIII. Se trata de un armario bajo con puertas al frente y, generalmente, de poco fondo. Su nombre procede de su ubicación más habitual, los paños de pared entre ventanas. Solían producirse en parejas y tuvo gran aceptación durante el siglo XIX.
En el centro de las puertas de este entredós hay dos escenas pintadas sobre sendas placas de porcelana. En ellas se representan arquitecturas de carácter popular. El resto del frente presenta diferentes motivos en bronce dorado a fuego.

Épergne

Escuela española
s.XIX-XX

Desde el siglo XVII se disponen en la mesa diferentes elementos que progresivamente han adoptado una función meramente decorativa. Entre ellos se encuentran los centros de mesa, el frutero o el conocido como “épergne”. Este último fue introducido desde Francia en el s.XVIII y solía utilizarse para contener cualquier tipo de comida o postre. Las argollas situadas bajo los leones alados de sus extremos podrían indicar que, inicialmente, estaba configurado por otros elementos.

Capitel

s.XIII

Decorado con arpías y aves del paraíso. Las primeras simbolizan la lujuria y los vicios terrenales en la moralidad cristiana medieval. A nivel iconográfico combinan rostro humano, cuerpo de ave, pezuñas de caprino y cola de serpiente. Este último atributo las diferencia de las sirenas y refleja la influencia de la iconografía clásica. La capucha remite a los infieles, en particular a los musulmanes, en el contexto de las Cruzadas. Se trata de una pieza que testimonia la didáctica visual medieval, que instruía sobre el pecado y la redención.