Palacio Episcopal de Segovia

Tienda oficial

El Palacio Episcopal alberga la tienda oficial de la Catedral de Segovia. En este espacio, gestionado por el Cabildo catedralicio, pueden encontrarse productos diseñados en exclusiva a partir del patrimonio cultural y religioso que se conserva en el Palacio y la Catedral. El objetivo de la tienda es contribuir a la difusión del legado artístico, histórico y religioso que ambas instituciones, referentes en Segovia, custodian desde hace siglos.

Tanto el segoviano como el visitante encontrarán en la tienda oficial de la Catedral de Segovia artículos exclusivos y originales para todos los gustos, edades y bolsillos. Algunos de los artículos han sido realizados a mano por artesanas, por lo que se tratan de series limitadas e incluso de piezas únicas. Además, prácticamente todos los productos han sido diseñados y fabricados a nivel nacional.

La puesta en marcha de este servicio pretende apoyar el trabajo de conservación y divulgación de sus colecciones. Los ingresos obtenidos por la tienda oficial de la Catedral se destinan a la conservación y el mantenimiento del patrimonio, así como a la contratación del personal. La Catedral de Segovia se autofinancia gracias a la venta de entradas y los beneficios obtenidos con este servicio.
 

La tienda permanece abierta en el horario de visitas del Palacio Episcopal, y el acceso a la misma no requiere de la compra de entradas.

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    Concierto navideño en el patio del Palacio Episcopal con luces y decoraciones festivas.

    Iluminación de Navidad

    ¡Únete a la magia de la temporada! El Palacio Episcopal cuenta con iluminación especial de Navidad y con horario ampliado de apertura 🎄✨

    09:30 – 20:00

    Más info

    Retrato de Juan de Briviesca

    Autor: Jerónimo López Polanco
    s.XVII
    Óleo sobre tabla

    Juan de Briviesca (1585-1629) fue un sacerdote conocido por su dedicación a la fe y vida austera. Conocemos muchos detalles de su vida por la obra «Vida del Venerable sacerdote Juan de Briviesca«, escrita por su amigo Luis Vázquez.

    Este retrato fue realizado por Jerónimo López Polanco en 1619, cuando Briviesca tenía 34 años. Puede encuadrarse en el barroco temprano español, caracterizado por claroscuros y gran atención al detalle. Aquí se captura tanto la apariencia física como la profundidad espiritual del personaje. El texto inferior fue añadido en 1716 y ofrece una breve biografía del retratado.

    Jarrón de opalina

    Escuela espñaola
    Segunda mitad del s.XX

    Este jarrón de opalina, creado en la segunda mitad del siglo XX, está inspirado en el estilo imperio. Este estilo se originó a principios del siglo XIX durante el reinado de Napoleón Bonaparte y se caracteriza por su grandiosidad y el uso de elementos decorativos clásicos como guirnaldas, coronas de laurel y estrellas, que simbolizan poder y gloria.
    Aunque, este jarrón es una creación del siglo XX, emula con precisión la estética y el lujo característicos del estilo imperio original. Con su gemelo, esta pareja refuerza su presencia y simetría en la decoración, aumentando el atractivo visual de la sala donde su colocaran.

    Lámpara de petróleo

    Escuela espñaola
    Primera mitad del s.XX

    Esta lámpara de petróleo es una muestra representativa de la artesanía española del primer tercio del siglo XX, un periodo en el que la iluminación con petróleo todavía era común antes de la generalización de la electricidad en todos los hogares. Las lámparas de petróleo no solo eran objetos utilitarios, sino también piezas decorativas que reflejaban el estilo y la elegancia de la época.  
    Los detalles ornamentales reflejan las influencias estilísticas de la época, posiblemente el Art Nouveau o el Historicismo, estilos que prevalecieron en las artes decorativas del periodo.

    Tapiz "La Elevación de la Cruz"

    Autor: Pedro Pablo Rubens
    Manufactura: Jean-Baptiste Vermillion
    s.XVIII

    Esta obra textil recrea el tríptico de Pedro Pablo Rubens, La Elevación de la Cruz, conservado en la Catedral de Nuestra Señora en Bruselas. El tapiz aprovecha el formato tríptico para representar un momento clave de la Pasión de Cristo, capturando fielmente la esencia emocional y artística de la pintura de Rubens.

    Jean-Baptiste Vermillion, conocido también como De Lana, destacó como un tejedor relevante en Bruselas durante el siglo XVIII. Tras tomar el control del taller de Jeroen Le Clerc en 1722, obtuvo privilegios significativos que reforzaron su prestigio dentro del ámbito textil. Fue nombrado decano de su gremio en 1726, y su influencia se mantuvo a lo largo de los años, a pesar de cerrar su taller en Bruselas en 1732 y sus intentos posteriores de establecer otro en Huy hasta 1741.

    Virgen con el niño

    s.XVI
    Óleo sobre tabla

    Copia del cuadro «La Virgen y el Niño en el paisaje vespertino» de Tiziano. El original fue pintado en Venecia entre 1550 y 1560 por orden del rey Felipe II. Estuvo mucho tiempo conservado en la sacristía del Escorial . Actualmente se exhibe en la galería Alte Pinakothek de Múnich .

    La composición recuerda a las composiciones de Raffaello, pero el paisaje tranquilo y el cielo son típico de la pintura veneciana. Un estilo que también influirá a El Greco. Se trata de una de las obras más directas y cautivadoras del último período del pintor. 

    Calvario

    Autor: Jan van Scorel
    s.XVI
    Óleo sobre tabla

    El cuadro «El Calvario», atribuido a Jan van Scorel y datado en el siglo XVI, es una obra de gran intensidad emocional y detallismo. En esta tabla se representa la crucifixión de Cristo con una composición equilibrada. Las figuras de la Virgen María, María Magdalena y San Juan muestran un meticuloso trabajo en sus vestimentas y expresiones, resaltando la habilidad de Van Scorel en capturar la humanidad del momento. El uso del color y la luz contribuye a enfatizar la solemnidad de la escena, mientras que el fondo enmarca la escena, demostrando la influencia del arte renacentista en esta obra.

    Santo Entierro

    s.XVI
    Óleo sobre tabla

    La pintura representa la escena del entierro de Cristo, con los personajes dispuestos alrededor de su cuerpo en un momento de profundo dolor y reverencia. Destacan las expresiones faciales y los gestos de los personajes, así como el meticuloso trabajo en las vestimentas. El uso del color y la luz resalta el dramatismo de la escena, mientras que el fondo con elementos arquitectónicos y naturales enmarca la composición con gran precisión, demostrando la maestría del autor anónimo.

    La Ascensión

    s.XV
    Maestro de los Claveles
    Óleo y temple sobre tabla

    El Maestro de los Claveles, recibe su nombre por la flor que suele estar presente en sus obras. Vinculado al taller del Maestro de Ávila, sus tablas son ejemplos de la síntesis hispanoflamenca del siglo XV en Castilla, caracterizadas por el horror vacui, el detallismo de los brocados, y fondos con castillos y escenas urbanas. En su obra destaca la técnica cuidada y el dibujo preciso.

    Predela de los apóstoles

    s.XVI
    Óleo sobre tabla

    La predela es una sección horizontal que se ubica en la parte inferior de un retablo. Habitualmente se encuentra dividida en cajas o «casamentos»; y se utiliza para complementar las escenas del retablo principal con imágenes de un formato más pequeño. 

    En esta predela se representa, de izquierda a derecha, a: San Andrés, San Bartolomé, San Pedro, San Pablo, Santiago y San Juan. De este último destaca la iconografía elegida (copa de la que emerge un dragón), la cual fue prohibida por el Concilio de Trento. Un detalle que, no solo confirma la datación de la obra, sino que también resalta su importancia en el registro histórico de la iconografía religiosa.

    Corona de la Virgen de la Fuencisla

    s.XVI
    Diseño: Florentino Trapero
    Orfebre: Otero y Riopérez

    La Corona de Nuestra Señora de la Fuencisla es un símbolo de la realeza y santidad de la Virgen María. Su uso en imágenes marianas tiene sus raíces en la práctica de coronar figuras sagradas como muestra de veneración. Una tradición que se consolida en la Edad Media y el Renacimiento, cuando se busca resaltar la importancia y el carácter divino de las figuras religiosas. En la actualidad, continúa utilizándose, junto con la del Niño, para adornar a la Virgen durante la Semana Santa en Segovia

    Cruz procesional

    s.XVI
    Orfebre: Antonio Oquendo

    La cruz procesional simboliza la redención, el sacrificio de Cristo y su victoria sobre la muerte. . A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz. Puede denominarse también CRUZ ALZADA, que hace referencia a las cruces procesionales que se sujetan con una vara.

    Rostrillo

    s.XVIII
    Orfebre: Lorenzo Cantero

    Adorno que se coloca alrededor de la cara de las imágenes de la Virgen. El origen del rostrillo se encuentra en el complemento que usaban las mujeres para enmarcar su rostro y tapar el pelo. En el s.XVI se asocia a las viudas. Posteriormente, la escultura religiosa adopta este adorno para mostrar el luto de la Virgen por la muerte de su Hijo.

    Esta pieza procede de la iglesia de San Miguel Arcángel (Segovia).

    Naveta

    s.XVI
    Orfebre: Diego de Olmedo

    Habitualmente se colocan en el altar, cerca del sagrario o del lugar donde se conserva el Santísimo Sacramento. Su forma de barco en la liturgia católica está motivada por su simbolismo. Representan la Iglesia como una embarcación que guía a los fieles hacia la salvación. Durante la Eucaristía, se utilizan junto con el incensario para quemar incienso, simbolizando la oración ascendiendo al cielo.

    Cruz procesional

    s.XIV

    Destinada a presidir las ceremonias más importantes y encabeza procesiones, entierros, así como las diversas celebraciones en que participa la comunidad católica. Se inciensa por ser signo de Salvación. Esta pieza posee alma de madera sobre la que se adhieren las chapas de plata, blanca o dorada, mediante clavos. A nivel estructural tiene 3 elementos: vástago, macolla o nudo, y cruz.

    Asunción de la Virgen

    s.XIII

    Altorrelieve policromado en alabastro datado del siglo XV perteneciente a la escuela inglesa. En él se representa la Asunción de la Virgen. María es elevada al cielo por ángeles, lo que simboliza su santidad y conexión celestial. La posición de sus manos en oración, denota humildad y aceptación de la voluntad divina. La corona enfatizan su realeza y pureza; y la aureola, su santidad y presencia divina.

    San Mateo

    s.XV

    Esta escultura en alabastro de San Mateo, uno de los cuatro evangelistas, es obra de Sebastián de Almonacid del siglo XV.
     
    En ella se observa a Mateo con dos de sus identificadores principales: el libro del Evangelio, y un ángel, su elemento antropomorfo. Almonacid, maestro de la transición gótico-renacentista, plasmó en la pieza la sobriedad y la humanidad propias del realismo nórdico. 

    Arcángel San Gabriel

    s.XVIII

    Conocido como el mensajero de Dios. Simboliza la revelación y la verdad. Gabriel inspira a los fieles a escuchar su intuición y mensajes divinos, representando la comunicación, la esperanza y la fuerza.

    Capitel

    s.XIII

    Capitel del siglo XIII, tallado en piedra caliza y de autoría anónima, que ilustra tres episodios clave del cristianismo. Un hecho que sitúa esta pieza como ejemplo de la narrativa visual medieval y el simbolismo religioso de la época.

    1. La Anunciación, en la que destaca el arcángel Gabriel mientras revela a María su destino como madre del Mesías.
    2. Tentación de Jesús, cuando rechaza a Satanás en el desierto.
    3. San Pedro portando las llaves celestiales, un presagiando de su liderazgo en la Iglesia. 

    Capitel

    s.XIII

    Adornado con arpías y aves del paraíso. Las primeras simbolizan la lujuria y los vicios terrenales según la moralidad cristiana medieval.

    A nivel iconográfico combina rostro humano, cuerpo de ave, pezuñas de caprino y cola de serpiente. Esta última la diferencia de las sirenas y refleja la influencia de la iconografía clásica. La capucha remite a los infieles, en particular a los musulmanes, en el contexto de las cruzadas.

    Se trata de una pieza que testimonia la didáctica visual de la época y que instruía sobre el pecado y la redención.

    Silla de caderas

    Escuela española
    Primer tercio del s.XX

    También conocida como florentina, dantesca o jamuga. Se trata de un asiento plegable de doble tijera, que surge en Italia durante la Baja Edad Media, como resultado de la evolución de la silla de tijera. Sin embargo, esta tipología también es común en otros países europeos. En algunos de ellos fueron asientos de honor hasta el siglo XVII.
    Progresivamente pierden importancia en favor de las sillas de brazos, pero durante el siglo XIX y XX vuelven a producirse por considerarse una producción típica española. Este ejemplar imita las originales de época renacentista y posee una gemela en las colecciones del Palacio Episcopal.

    Entredós

    Estilo imperial
    Segunda mitad del s.XVIII

    El origen de este mueble se sitúa en Francia en el siglo XVIII. Se trata de un armario bajo con puertas al frente y, generalmente, de poco fondo. Su nombre procede de su ubicación más habitual, los paños de pared entre ventanas. Solían producirse en parejas y tuvo gran aceptación durante el siglo XIX.
    En el centro de las puertas de este entredós hay dos escenas pintadas sobre sendas placas de porcelana. En ellas se representan arquitecturas de carácter popular. El resto del frente presenta diferentes motivos en bronce dorado a fuego.

    Épergne

    Escuela española
    s.XIX-XX

    Desde el siglo XVII se disponen en la mesa diferentes elementos que progresivamente han adoptado una función meramente decorativa. Entre ellos se encuentran los centros de mesa, el frutero o el conocido como “épergne”. Este último fue introducido desde Francia en el s.XVIII y solía utilizarse para contener cualquier tipo de comida o postre. Las argollas situadas bajo los leones alados de sus extremos podrían indicar que, inicialmente, estaba configurado por otros elementos.

    Capitel

    s.XIII

    Decorado con arpías y aves del paraíso. Las primeras simbolizan la lujuria y los vicios terrenales en la moralidad cristiana medieval. A nivel iconográfico combinan rostro humano, cuerpo de ave, pezuñas de caprino y cola de serpiente. Este último atributo las diferencia de las sirenas y refleja la influencia de la iconografía clásica. La capucha remite a los infieles, en particular a los musulmanes, en el contexto de las Cruzadas. Se trata de una pieza que testimonia la didáctica visual medieval, que instruía sobre el pecado y la redención.